El rubí, la famosa piedra roja.
El corindón Rubí es la piedra preciosa conocida por su tono rojizo, el resto de variedades de corindón son zafiros. Combina su extraordinaria dureza con su color rojo tan brillante que se debe al hierro y al cromo que lo componen. Estas piedras han formado parte de las insignias reales a lo largo de la historia, también han sido de las joyas preferidas por personajes famosos como la actriz Elizabeth Taylor.
Para comprobar que un rubí es verdadero basta con tratar de rayarlo con una moneda y si se raya no es auténtico, se tratará de uno sintético ya que es un mineral difícil de romper por su elevada dureza. Su color también es un dato imprescindible a tener en cuenta a la hora de saber si es verdadero, por su intensidad, su brillo que imita la seda y su calidez. Llega a tener una amplia variedad cromática pero el más valorado siempre ha sido el rojo intenso con reflejos azulados denominado «sangre de pichón».
Las joyas realizadas con rubíes están muy bien valoradas en el sector de la joyería. Piezas elegantes, palaciegas, únicas que dan energía a todo aquel que las lleva encima como los antiguos monarcas que llevaban rubíes engastados en sus coronas.
Siempre se ha creído que esta gema que nos atañe proporciona inteligencia, honor, confianza y suerte en el amor. Contribuye en la cura de enfermedades y problemas del sistema inmunológico como la tos.
Otros usos del rubí
Al igual que los zafiros, los rubíes no solo se utilizan para la realización de joyas. Es muy frecuente ver en el mecanismo de piezas de relojería un rubí, su dureza hace que disminuya el desgaste en las partes que requieren un roce continuo como los ejes del mecanismo de un reloj. Además se utilizó esta piedra para fabricar el primer láser. En la actualidad el láser rubí se utiliza para eliminar tatuajes e hiperpigmentaciones y para la depilación definitiva del vello corporal.
